Las colisiones de los meteoritos fueron más frecuentes durante los primeros mil millones de años de la Luna, cuando el Sistema Solar se estaba formando.
 Así, la mayoría de los cráteres de la Luna se formaron durante ese periodo, aunque también se hayan formado algunos después. Varios de los cráteres que dejaron los meteoritos durante aquellos mil millones de años fueron tapados por lava, ya que la Luna tenía actividad volcánica. Estas zonas tapadas por la lava son las zonas más “nuevas” o “jóvenes” de la Luna y se caracterizan, entre otras cosas, por mostrar un menor número de cráteres. Mientras, las zonas de la Luna que no fueron tapadas con lava -y que por tanto tendrán un mayor número de cráteres- son las zonas más “viejas”. Lo explicamos con un ejemplo:
Para entenderlo mejor imaginemos una pared donde pinchamos chinchetas al azar. El resultado al quitarlas de la pared será un paisaje similar al de los cráteres que queremos estudiar (y la chinchetas serían los meteoritos).
Si pintásemos una parte de toda la superficie de la pared donde hemos clavado las chinchetas, taparíamos algunos “cráteres” que dejaron los “meteoritos” (sería superficie que se ha formado recientemente o más nueva). Si volviésemos a clavar chinchetas por toda la pared, incluida la zona que acabamos de pintar, éstas dejarán nuevos cráteres por toda la pared.
En la parte que hemos pintado habrá menos “cráteres” que en la parte de la pared que no hemos pintado.
Claramente, la superficie más vieja (lo que no hemos pintado), tendrá más cráteres que la superficie más nueva (la parte de la pared que hemos pintado).
Con esta información, ¿cuál de las siguientes superficies será la más vieja?
 
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